top of page
c.png
PUBLICIDAD PORTAL DEL BROKER.gif

“No quiero crear caras perfectas: quiero sacar la mejor versión de cada mujer”

  • Equipo Canal País
  • 11 oct
  • 4 Min. de lectura

En medio de la grabación de un nuevo capítulo del podcast Belleza Consciente, Carolina Valdés —quien hace pocos días dejó República Dominicana para volver a Chile— comparte, con 15 años de trayectoria, los principios y secretos que la han convertido en una de las voces más influyentes de la medicina estética facial. Habla de intuición, autoestima, honestidad clínica y de por qué su propuesta se aleja de la moda de “sobrecargar” rostros. Anuncia, además, una ronda de conversatorios de Belleza Consciente y su pronto regreso a RD.


ree

Sentada frente al micrófono, con la calma de quien ya convirtió la convicción en oficio, Carolina Valdés repasa su historia. No fue un salto simple. “Me decían: ¿qué estás haciendo? Estudiaste todos esos años para ser cirujano dentista”. Familia y amigos del mundo de la salud la miraban con escepticismo cuando decidió virar hacia la estética. Pero la brújula no falló. “Seguí mi intuición —dice—. Cuando tomo una decisión no hay vuelta atrás”.


El tránsito fue radical: dejó de mirar dientes para mirar rostros completos. Y no como un mapa de “defectos”, sino como un conjunto a armonizar. “De niña observaba mucho. Imaginaba cómo un pequeño ajuste podía equilibrar una cara. Con el tiempo entendí que mi propósito no era fabricar moldes, sino ayudar a que cada mujer encuentre su mejor versión”.


Ese “clic” llegó una tarde cualquiera, con una paciente que pidió algo mínimo: cerrar un lóbulo ensanchado. Valdés, en piloto automático, había enumerado mejoras posibles según parámetros clásicos de belleza. “Ella me dijo: doctora, yo me encuentro linda; vine por esto chiquitito. Me quedé plop. Me di cuenta de que podía estar generando inseguridades que no existían”. Desde entonces, su método cambió: escuchar antes que proponer, resolver lo que molesta a la paciente, construir resultados naturales y funcionales. “No vengo a crear caras perfectas —insiste—. Vengo a acompañar un proceso para que esa mujer, a su edad y con su historia, se vea preciosa”.


ree

Valdés habla con la franqueza de quien se hizo a pulso también por dentro. “La autoestima influye muchísimo. Yo la trabajé durante años. Si no me hubiese creído el cuento, me habría quedado en lo seguro”. Hoy lo enseña a sus pacientes: límites, autovaloración y decisiones conscientes. “Cuando una mujer se siente bien, cambia su postura ante la vida. Llega con colores oscuros, vuelve como rockstar”.


Entre las intervenciones que más practicó y defiende, la rinomodelación ocupa un lugar central. “La nariz es el eje del rostro: un ajuste correcto transforma en minutos la percepción completa”. A la par, celebra la revolución de los bioestimuladores: “Marcan un antes y un después. No se trata de poner algo de afuera, sino de activar tu propio colágeno: firmeza, textura, calidad de piel. Es un giro sustantivo hacia la salud del tejido”. Y en el capítulo de novedades, anota el boom del Endolift en Chile: “Tensión inmediata, tratamiento de flacidez y de grasa localizada, con efecto secundario de neocolagénesis. Es un complemento ideal cuando la cara empieza a ‘caerse’ por menopausia, cambios de peso o edad”.


ree

Lo cuenta también en primera persona. “Soy observadora y perfeccionista. Vi que mi ovalo se volvía más cuadrado. Ya usaba bioestimuladores, pero decidí hacerme Endolift. Un mes después noté el replanteamiento del triángulo facial y la mejora en el cuello. Sí, me inflamé —yo me inflamo mucho—, pero seguí el protocolo y los resultados llegaron”. El testimonio propio no es marketing: es coherencia clínica.


La honestidad, dice, es tan importante como la técnica. “No prometo lo que no se puede lograr. Hay pieles, edades y tiempos. Siempre se mejora, pero no siempre al 100%. Es mejor decirlo claro para evitar frustraciones”. En esa franqueza cabe también la psicología del buen trato: “No se trata de destrozar a una paciente con verdades frías. Hay que conocerla, contenerla, elegir bien las batallas. A veces un pequeño cambio mejora una vida”.


Su consulta es escuela itinerante. Speaker y formadora, Valdés rehúye la clase unidireccional: prefiere talleres interactivos, revisar cómo otros toman la jeringa, cómo infiltran, por qué eligen un producto. “Enseñar es aprender. El feedback de colegas es oro”.

La conversación se abre a las transformaciones culturales. Hace 15 años, la estética en Chile era rareza y estigma. Hoy conviven el cuidado en casa, los protocolos de clínica y una conciencia de prevención que empieza a los 25. “La migración también influyó: venezolanas y colombianas trajeron una cultura del arreglo personal que nos interpeló. Y hay otro cambio profundo: el cuidado dejó de hacerse ‘para otro’. Primero yo, para que los demás se beneficien de mi bienestar”.


Esa prioridad también implica elegir bien dónde y con quién tratarse. “Si te quieres, no arriesgas tu salud por pagar menos. Busca lugares que cumplan normas, especialistas calificados y productos seguros. Parte de Belleza Consciente es cuidar el proceso completo”.


Las historias de impacto emocional la acompañan. Como la de aquella trabajadora de casino que, dolida por una separación, llegó a “rejuvenecer” creyendo que ahí estaba la solución. “Mejoramos proporciones, perfil, labios. Cambió su actitud y su vida. El marido volvió, y ella —con autoestima recargada— decidió que no. Hoy está con alguien que la valora”. No es un cuento de hadas; es un recordatorio: verse bien no resuelve todo, pero habilita otras decisiones.


Valdés no es complaciente con las modas. “La tendencia a sobrecargar rostros es lo contrario de Belleza Consciente. Mi trabajo es frenar ansiedades, decir ‘todavía no te corresponde’ cuando llega una paciente muy joven pidiendo bótox sin líneas de expresión. La prevención es fundamental, pero con criterio”.


Antes de apagar el micrófono, deja un agradecimiento largo a quienes la han acompañado “con fichas que parecen testamentos”. “Gracias por confiar su rostro en mis manos. Por creer que buscaré siempre lo mejor para ustedes. Esta relación trasciende lo clínico: recibo cariño, consejos, amistad. Me siento afortunada”.


La agenda sigue. Desde Chile, prepara una ronda de conversatorios de Belleza Consciente y ya proyecta su regreso a República Dominicana. La escena final la muestra fiel a su manifiesto: escuchar, sugerir con mesura, intervenir con propósito. “No vine a fabricar iguales. Vine a revelar singularidades”.


En tiempos de filtros y exageraciones, su frase de cabecera vuelve a sonar como advertencia y promesa: “No quiero crear caras perfectas: quiero sacar la mejor versión de cada mujer”.

Comentarios


PUBLICIDAD PORTAL DEL BROKER.gif
image.png

Inversión + Rentabilidad

Tenemos la selección de proyectos más seguros y com garantía de retorno y plusvalía.  Investigamos y seleccionamos para proporcionarte toda la información de los proyectos más destacados de Punta Cana.

bottom of page