La señal de fondo es económica y urbana: cuando cadenas nacionales aceleran aperturas, lo hacen porque ven densidad de demanda, capacidad de gasto y estabilidad de flujo. Y hoy Bávaro–Verón–Punta Cana muestra justamente eso: más residentes, más urbanización, más movilidad interna y una necesidad creciente de servicios de proximidad.