Frank Rainieri responde: ¿Por qué Punta Cana opera con estabilidad eléctrica?
- Equipo Canal País
- hace 3 días
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Mientras gran parte del país experimentó un apagón de impacto nacional, Punta Cana volvió a quedar al margen de la crisis. En conversación con CanalPaís, el empresario Frank Rainieri detalla por qué el modelo de gestión privada explica la diferencia y por qué, según él, “la mentalidad de los años 60” sigue frenando al resto del sistema.

Un apagón que evidenció contrastes en el sistema eléctrico dominicano
El último apagón registrado en República Dominicana —uno de los de mayor alcance en los últimos meses— volvió a poner en evidencia la fragilidad del sistema eléctrico nacional. Interrupciones prolongadas, afectaciones en servicios esenciales y pérdidas económicas reabrieron la discusión sobre la eficiencia, la gobernanza y el modelo de operación de la energía en el país.
Sin embargo, en medio de la crisis, Punta Cana quedó nuevamente fuera del mapa de afectaciones, manteniendo estabilidad operativa en hoteles, comercios, aeropuertos y zonas residenciales. La pregunta volvió a surgir con fuerza: ¿Por qué Punta Cana no registra el mismo comportamiento del resto del país?
Para comprender esta diferencia estructural, CanalPaís consultó al empresario Frank Rainieri, fundador del Grupo Puntacana y pieza clave en el desarrollo de la región Este. Sus respuestas apuntan a factores de gestión, gobernanza y cultura empresarial.
“Aquí todo el mundo paga su luz y no hay apagón”
Rainieri comienza explicando que el funcionamiento de Punta Cana no es una casualidad, sino el resultado de un modelo claro de administración:
“El sector privado aquí es el que genera la energía eléctrica, es el que la transmite y es el que la cobra, y todo el mundo paga su luz. Y no hay apagón.”
Para el empresario, el problema del resto del país no es técnico, sino estructural. Apunta a la diferencia en la cultura de pago, la eficiencia en la gestión y el rol del Estado en la operación energética.
“Yo he dicho que eso de tener empresas estatales, eso es de los años 60, y los resultados están ahí. Perdón… ahí tenemos Cuba como ejemplo: todas las empresas son del Estado; mira la situación que tiene.”
Rainieri sostiene que la participación privada —con reglas claras— ha sido determinante para el desarrollo de sectores estratégicos, y cita los aeropuertos como referencia.
“Cuando nosotros hicimos este aeropuerto, todo el resto de los aeropuertos eran manejados y operados por el Estado. ¿Y qué pasó? Que nosotros transformamos el sector, y hoy el Estado gana mucho más dinero que nunca. Los aeropuertos son mucho mejores que nunca.”
Un modelo de gestión que funciona porque todos pagan
El empresario reitera que el sistema funciona en Punta Cana porque existe un modelo de responsabilidad compartida:
“Aquí todo el mundo paga su luz y son dominicanos todos. Hay 120.000 contadores. O sea, no es que hay pocos clientes.”
La diferencia, afirma, está en la permisividad del Estado en otras regiones:
“¿Y por qué el resto del país no lo puede pasar? ¿No pasa? Ah, porque el Estado complaciente.”
Rainieri menciona además un dato reciente sobre las pérdidas operativas del sistema eléctrico estatal como evidencia de un modelo insostenible:
“Antes de ayer salió en un periódico que la CDE este año ya lleva perdiendo 845 millones de dólares, que se hubieran podido usar para mejores escuelas, mejores hospitales, mejores carreteras, mejor infraestructura… café con leche. Porque lo que no es de nadie, nadie lo paga.”
El contraste: la eficiencia como modelo y no como excepción
Más allá del análisis político o empresarial, las palabras de Rainieri ponen el foco en una realidad observable: Punta Cana opera con un modelo distinto al del resto del país, donde la gestión privada del sistema eléctrico mantiene incentivos, controles y responsabilidades que permiten estabilidad.
Según su visión, esta diferencia no solo explica por qué no hubo apagón en Punta Cana, sino también por qué la región ha podido sostener niveles de crecimiento turístico e infraestructura superiores a otras zonas.
En un país donde los apagones continúan marcando la agenda pública, las declaraciones de uno de los empresarios más influyentes del Caribe reabren un debate de fondo: el futuro del modelo eléctrico dominicano y la necesidad de una revisión estructural que permita combinar eficiencia, transparencia y acceso universal.
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