Cielos tensos en USA: ¿Cómo RD protege el turismo?
- Equipo Canal País
- 9 nov
- 3 Min. de lectura
Mientras EE.UU. reduce operaciones aéreas, República Dominicana asegura su conectividad y activa agenda de diversificación para proteger al turismo.

SANTO DOMINGO — Cerca de un centenar de pasajeros hacen fila en el mostrador del aeropuerto, maletas en mano, con la mirada puesta en su embarque a Miami. A simple vista parece un día normal en el sector turístico de la República Dominicana, pero detrás de ese aparente orden hay cierta inquietud: la Federal Aviation Administration (FAA) de Estados Unidos ha anunciado recortes de hasta un 10 % en vuelos diarios en unos 40 aeropuertos por falta de personal y el cierre parcial del Gobierno norteamericano.
Para el país caribeño, cuya mayor fuente de visitantes es EE.UU., el escenario representa un riesgo —aunque por ahora controlado— que ha movilizado tanto autoridades como aerolíneas.
“Lamentablemente, vamos a tener demoras en los vuelos, especialmente en los aeropuertos de la costa este de Estados Unidos como Nueva York, Atlanta, Miami, Orlando…” explicó semanas atrás el presidente de la Junta de Aviación Civil (JAC), Héctor Porcella.

“Los vuelos operados … desde Estados Unidos hacia la República Dominicana se encuentran programados normalmente y no ha habido cancelaciones”, añadió por su parte Aeropuertos Dominicanos XXI (Aerodom).
¿Qué está en juego?
El turismo dominicano descansó durante décadas en una conectividad fuerte con EE.UU. Más del 60 % del tráfico aéreo internacional del país proviene del mercado norteamericano.
Cuando un socio estratégico reduce sus operaciones o enfrenta interrupciones, la República Dominicana puede verse afectada en dos sentidos: menores volúmenes de llegada de turistas y, en algunos casos, mayores costos o incertidumbre en las rutas.
Por el momento, la buena noticia es que no se han registrado cancelaciones significativas desde el país hacia EE.UU.
Pero el efecto latente existe: demoras o ajustes en los hubs clave de Estados Unidos pueden repercutir en la planilla de vuelos hacia República Dominicana y, en última instancia, en el bolsillo de los viajeros.
La estrategia dominicana: diversificación y blindaje
La respuesta oficial no se ha hecho esperar. En una combinación de diplomacia, acuerdos y planificación estratégica, República Dominicana mueve sus piezas con miras al mediano plazo.
Una de las piezas clave es el acuerdo de cielos abiertos entre República Dominicana y EE.UU., firmado en junio 2024.

El ministro de Turismo, David Collado, lo definió como “un logro para la conectividad aérea del país… que permitirá que las líneas aéreas nacionales puedan volar a cualquier destino de Estados Unidos, y viceversa…”.
Ese acuerdo busca precisamente diversificar rutas, facilitar nuevas aerolíneas, mejorar la competencia y abaratar tarifas.
En paralelo, las autoridades enfatizan que “los vuelos internacionales no se verán afectados” por la crisis aérea norteamericana, gracias a los tratados vigentes.
Y también hay acción operativa: mejorar la infraestructura aeroportuaria (terminales, rodajes), sumar vuelos charter, abrir nuevas rutas con Canadá y Europa para reducir la dependencia de Estados Unidos como único origen estable.
Mirando hacia lo positivo
Más allá de la contingencia, la situación ofrece una oportunidad. Si República Dominicana consigue posicionarse como destino bien conectado incluso en un entorno volátil, reforzará su atractivo frente a competidores. Algunas “salidas” concretas:
Impulsar más rutas directas desde Europa y Canadá para diversificar el origen de turistas y aliviar la presión sobre los enlaces desde EE.UU.
Estimular vuelos charter al inicio de temporada para capturar demanda mientras se estabiliza el entorno aéreo.
Mantener comunicación clara al viajero: informar itinerarios, facilitar cambios, ofrecer garantías para que la percepción de riesgo no frene reservas.
Aprovechar el acuerdo de cielos abiertos para incentivar nuevas aerolíneas, bajar precios y atraer segmentos de turistas sensibles al coste.
El escenario para vigilar
Quedan varios factores que podrían alterar el tablero: cuánto prolongue la crisis aérea en EE.UU., si las aerolíneas ajustan sus flotas o frecuencias hacia el Caribe, y si hay reacomodos globales de rutas que terminen impactando indirectamente al país.
Por ahora, República Dominicana está libre de cancelaciones, pero no exenta de riesgo. La mezcla de previsión diplomática, diversificación de mercados y fortalecimiento de infraestructura coloca al país en una posición más resiliente frente a una tormenta aérea que empieza en otro cielo… pero que podría pasar por los de aquí.
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