Locaciones dominicanas atraen capital internacional

Santo Domingo.––La expansión del sector audiovisual en República Dominicana continúa acelerándose, impulsada por la combinación de paisajes excepcionales, capital humano competitivo y un marco legal que incentiva la inversión. La llegada creciente de producciones internacionales confirma que el país se ha convertido en un polo estratégico para estudios, plataformas de streaming y productoras que buscan locaciones diversas y condiciones de rodaje ventajosas.

Durante los últimos años, esta industria ha adquirido un peso económico significativo, generando miles de empleos directos e indirectos, dinamizando comunidades completas y posicionando al país como un hub audiovisual del Caribe. Este impacto, según las autoridades y líderes del sector, va más allá de la visibilidad: crea valor, impulsa capacidades técnicas locales y fortalece una cadena productiva que hoy compite con mercados tradicionales de filmación.

El crecimiento del sector no es fortuito. Está respaldado por políticas públicas como la Ley de Cine, la creación de infraestructura como Pinewood Dominican Republic Studios, y un ecosistema de profesionales locales que se integran cada vez más en producciones de alto estándar. “Esto que presentamos hoy es más que estadísticas, no son simples números, es empleo y mejores condiciones de vida para los dominicanos”, ha destacado en repetidas ocasiones el Ministerio de Turismo, al referirse al impacto transversal de las industrias creativas y del entretenimiento en la economía nacional.

Producciones como: The I-Land (Netflix), grabada en Samaná, Las Terrenas y San Pedro de Macorís; Saint X (Hulu), que transformó Selectum Hacienda en un resort ficticio; la serie juvenil de Nickelodeon Are You Afraid of the Dark? Ghost Island; la surcoreana Narco-Santos; varias temporadas del reality show Survivor; y la exitosa comedia española Machos Alfa (Netflix España), rodada en Punta Cana y otras zonas del país, evidencian la amplitud de géneros y mercados que ya apuestan por República Dominicana.

Cada una de estas producciones aporta inversión, contratación de personal local, consumo en comunidades y exposición internacional en plataformas de alto alcance. “Como pueden ver, el turismo impacta directamente en la gente, en toda su cadena de valor”, señala la autoridad turística. Un principio que también se replica en la industria audiovisual, donde cada rodaje activa a técnicos, suplidores, transportistas, actores, hoteles y servicios.

La presencia de títulos europeos, estadounidenses, latinoamericanos y asiáticos confirma que República Dominicana no es solo escenario: es coprotagonista.

Su geografía, su capacidad técnica y la solidez de su ecosistema creativo han proyectado al país como uno de los destinos más atractivos para filmar en la región. La tendencia apunta a un crecimiento continuo, reforzando la estrategia nacional de diversificar la economía a través de industrias de alto valor agregado.